Tu gran sonrisa, esa carcajada con la que alumbras días ajenos y no el propio tiene cicatrices de dolor y penas, de angustias y anhelos, mas no tiene efecto en el pasar de tu vida en el tiempo.
Sonrisas marcadas de pasos tristes y profanos de una madre que enseña a sus hijos, sin saberlo lo mejor de lo peor, y lo peor de lo mejor.
Al pensarlo, al sentirlo, al sentirte ... no variamos mucho de que si estamos en el mismo cuadrado o no, mas bien varia nuestra forma de ver al espacio, también la forma en la cual edificamos esa mirada del cuadrado, mas nada más.
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